La“desilusión” es ese sentimiento de insatisfacción que sigue el cuando lo que esperas o deseas falla en manifestarse.
Por lo general, cuando uno se desilusiona, deja de dar el 100%. Y cuando dejamos de dar el todo por el todo, nuestra capacidad para luchar y vencer obstáculos disminuye.
Nos desilusionamos en muchos terrenos, en las relaciones de amor, familia o amigos, y hasta en las relaciones laborales.
¡También pasa mucho cuando alquien intenta comprar una propiedad!
El proceso de comprar una casa, es también una relación. La relación entre el comprador (tú), el banquero hipotecario, y tu corredor (yo). Como en toda relación, es importante que haya confianza entre las partes.
Si alguno de los involucrados en esta relación no está dando el 100% para lograr el objetivo (que tengas la llave de tu casa) entonces el proceso se troncha y causa desilusión.
Yo, como corredor, he vivido muchas desilusiones con banqueros hipotecarios que no cumplieron su parte del trato conmigo o con mi cliente, es por eso que yo le refiero mis compradores solamente a aquellos que han demostrado honestidad, lealtad, ética y profesionalismo.
También, he sufrido desilusión, cuando alguno de mis clientes no sigue mis consejos (que no son capricho, son experiencia) y por consecuencia, queda descalificado de comprar una propiedad.
Tú, como comprador, me imagino que es posible que también hayas pasado por desilusiones si has intentado comprar antes y no has podido. Es posible que hayas llegado a este blog, buscando “ayuda anónima” porque temes que si das de nuevo tu 100%, vuelvas a sufrir otra desilusión.
Mi compromiso y lealtad están contigo, el comprador. Mi misión es lograr que tu logres ser dueño de la propiedad que quieres y que durante el proceso (que tiende a ser muy emocional, estresante e intimidante en ocasiones) te sientas confiado de que estoy velando por tus mejores intereses.
El banquero hipotecario y el corredor son tus aliados. Estos dos profesionales, viven día a día en procesos de compraventa de propiedades. Conocen cada detalle, lo que debe hacerse y lo que no. Lo que hace que un “caso se caiga” (que se dañe la transacción y al comprador no pueda aprobársele el préstamo) y lo que se puede remediar.
Una persona tradicional, se envuelve en este proceso solamente de 2-3 veces durante toda su vida y por lo general pasan más de 10 años entre una vez y la otra lo que hace que cada transacción sea totalmente distinta a la otra.
Es por esto que te recomiendo que te reúnas con tu corredor y confíes en las recomendaciones que te haga con relación a el banco a utilizar y la oferta a presentar. Tu corredor conoce mejor que tú el mercado,
Tu nombre en la escritura es el destino final, es lo que tanto tú, yo y el banquero hipotecario queremos. Juntos trabajando en equipo, podemos lograrlo.