Hace un tiempo leí que todos somos geniales en algo, pero si tú juzgas a un pez por su habilidad para subirse a un árbol este pez pasará toda su vida pensando que es un fracaso.
Eso es exactamente de lo que se trata esta publicación, lo que digan o piensen los demás acerca de ti, no te define.
Es normal que al presentarte con situaciones difíciles en la vida, cosas que ponen en prueba tu resistencia, tus capacidades, tu resiliencia, que te pase por la mente “yo para esto no sirvo”, “soy una terrible cuidadora”, “mi ser querido estaría mejor cuidado con otra persona”
¿Y sabés qué? En Filipenses 4:13 dice:
Pues todo lo puedo hacer por medio de Cristo, quien me da las fuerzas.
No es que tengamos super poderes, no es que seamos héroes, es que podemos pedirle a Dios que nos fortalezca, nos ilumine, nos dirija para poder enfrentar nuestros días como cuidadores y los retos que vengan con ellos.
Es posible que familiares y amigos que no están envueltos con el cuidado de tu ser querido quieran implicar que lo estás haciendo mal, que ellos lo harían mejor, es posible que te inunden con sus “grandiosas” ideas y sugerencias, pero es más fácil hablar que hacer las cosas.
No le des cabida en tu mente a la duda, el que opina, no sabe realmente lo que significa ser cuidador.
El que opina no ha tenido que limpiar el baño 4 veces antes de las 12pm, el que opina no ha tenido que calmar y tratar de regresar a la cama a una persona agitada y alucinando a las 5 am, el que opina ha dormido sus 8 horas en la noche, el que opina entra y sale de su casa, hace sus diligencias y toma siestas cuando le place.
El que opina no ha tenido que limpiar heces y orina de las paredes y muebles, el que opina no ha tenido que tratar de duchar al paciente que se resiste por 3er día consecutivo y ya huele mal, el que opina no ha tenido que limpiar del piso las comidas y bebidas que el paciente derrama.
El que opina no ha tenido que quitarle de las manos al paciente la crema de afeitar que pensaba usar para cepillarse los dientes y la rasuradora con la que pensaba peinarse.
El que opina no ha sentido el dolor de que el paciente no lo reconozca y lo acuse de maltratarlo, de robarle y de tenerlo prisionero, después de sacrificarse tanto, renunciar a la vida como la conocía y perder toda libertad y privacidad.
Antes de ser cuidadora, por mi mente jamás pasaron las cosas que realmente hacen los pacientes de Alzheimer (y otras demencias), yo nunca pensé cuan sucia podía estar y oler una casa a pesar de no parar de limpiarla en todo el día. Yo nunca pensé en lo mucho que se gastaría en agua, detergentes, papel higiénico, servilletas y desinfectantes.
Quien no lo vive, no lo conoce
Como yo lo vivo día a día puedo decirte que lo estás haciendo genial, nadie podría hacerlo mejor que tú (y si alguien piensa que si puede, pues bienvenido, ¡que lo intente! de todos modos te vendría bien a ti el descanso)
No sé donde leí esto: “Si solo encuentras tu valor y validación a través de otras personas, te estás poniendo limitaciones a ti misma porque solo te elevas al nivel de SU percepción”
La realidad es que no necesitas validación de otras personas especialmente aquellos que no están dispuestos a hacer lo que tú haces.
Asi que anímate, tu valor te lo ha dado Dios y estás respaldada por Cristo para ayudarte en tu faena.