La duda mata más sueños que el fracaso
Cuando decidí ponerle fin a mi matrimonio de 13 años no me encontraba trabajando (¿recuerdas cómo te conté que él me saboteaba todos los trabajos?)
Una de las estrategias que el usó para que yo no prosiguiera con mi decisión de terminar fue “la carta” del desempleo y la falta de contactos o experiencias recientes de empleo, o sea, comenzó a sembrar dudas en mi mente
Algo que pasa con los narcisistas es que ellos siempre actuan como si tuvieran el control aunque no lo tengan.
En mi caso, cuando él se dió cuenta de que mi decisión era final y firme, me dijo que se iba de la casa y que “por el bienestar de sus hijos” (ahora si eran sus hijos, porque quería hacerse el más reponsable y paternal) él me iba a “ayudar con los gastos” por 2 meses, pero que luego de este tiempo, como yo no iba a poder encontrar trabajo, yo iba a tener que rogarle que volviera.
Recuerdo que esa conversación fue un martes y entre las cosas que me dijo fueron: ¿cuál es tu plan b si no consigues trabajo?, yo le dije: “no hay plan b, yo VOY a conseguir trabajo”.
Me dijo: “me encanta tu optimismo, pero tienes que ser realista, sé de gente que pasa meses o un año buscando empleo”.
Le contesté: “esa es su realidad, no la mía, Dios abrirá puertas y encontraré un trabajo. Terminó diciéndome: “te aconsejo que vayas contemplando otras opciones” Y ahí, quedó el tema.
Entre el miércoles y jueves, recibí 2 llamadas para 2 diferentes entrevistas de empleo. Entre viernes y lunes, recibí 2 llamadas adicionales y ya tenía 3 ofertas de empleo (increíble, pero totalmente cierto)
De las 3 ofertas de empleo acepté 2, porque una era un proyecto corto de un mes, pero con un gran ingreso y pude coordinar mi fecha de comienzo con la otra compañía para 1 mes más tarde cuando terminara mi primer proyecto, el jefe accedió con la condición de que visitara la oficina 1 vez en semana para depurar listas de clientes, revisar proyecciones de ventas, etc. (esas cosas solamente las hace Dios)
“Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá.”
Marcos 11:24
Esto fue mi experiencia relacionada con una situación de empleo y he visto a Dios manifestarse de esta manera milagrosa en muchas ocasiones.
Yo no soy una mujer especial, la única razón por la que pienso que esto sucedió fue porque en ningún momento yo dudé, al contrario, le pedí a Dios un empleo creyendo y confiando en que lo obtendría. Lo que Dios ha hecho por mí en muchas ocasiones, lo puede hacer por tí.
Muchas veces dudamos de nuestra capacidad para lograr algo, para alcanzar una meta, para llegar a un objetivo y nos tronchamos la posibilidad de triunfo simplemente por nuestra duda.
La duda mata más sueños que el fracaso
Luchar contra la duda es muchas veces cuesta arriba, y es que está en nuestra naturaleza humana…
¿Recuerdas como en los muñequitos (caricaturas) siempre ponían al diablito y al angelito en los hombros cada uno tratando de convencer al muñequito sobre lo bueno o lo malo? Pues así mismo pasa en la vida real, (lo único que no vemos al diablito y al angelito…)
En la vida real el enemigo (el diablo) siempre se encarga de hacerte dudar y dudar de todo.
- Dudas de tu capacidad para hacer las cosas
- Dudas de si vale la pena
- Dudas de las intenciones de otros
- Dudas de si deberías seguir actuando bien cuando los demas claramente no lo aprecian
- Dudas de que estés haciendo buen trabajo
Te lo digo porque a pesar de que he tenido varias experiencias como la que te conté arriba, también me ataca la duda y tengo que luchar contra ella.
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