Vivir en Puerto Rico es vivir el centro de la ruta de los huracanes. Es parte de nuestra vida, todos los años el 1ro de junio comienza la temporada y termina el 30 de noviembre, todos los años, todos los años. ⏰
El primer huracán que pude experimentar en mi vida fue el huracán Hugo. Estaba comenzando en la universidad y vivía con mis padres.
Recuerdo que vimos como el huracán hacía lo suyo sentados en el balcón de la casa y de los festines de comida que mami hacía según iba sacando las carnes del “freezer” según se iban descongelando.
No recuerdo haberme preocupado por nada, ni porque fueramos a sufrir daño en la casa, ni porque nos fuera a faltar la comida. En realidad, nada de eso me pasó por la mente.
En el 2017, llegó el huracán María a cambiarlo todo, ese huracán nos demostró lo devastador que puede ser un evento atmosférico . Ese huracán fue OTRA cosa.
Aprendimos a vivir sin servicios de agua potable en la casa por 3 meses, sin servicio de energía eléctrica por 6 meses, haciendo filas interminables en el banco para poder sacar nuestro dinero, o en el supermercado para encontrarnos con las góndolas casi vacías.
Al momento de escribir este blog post, llevamos 26 horas de lluvia incesante debido al embate del huracán Fiona sobre Puerto Rico, el pronóstico es que seguirá lloviendo hasta alcanzar unas 30 pulgadas de lluvia.
Ahora hay un agravante, papi tiene Alzheimer y no entiende lo que está pasando. Afortunadamente yo he intentado establecerle una rutina para que él se sienta seguro y aunque afuera el mundo “se quiere caer” él no percibe diferencia y está tranquilo.
Llegar a esto ha dado trabajo, ha sido prueba y error, hemos tenido que hacer cambios e invertir en nuestra casa, sacar provecho de la energía que nos brinda el sol, instalar paneles fotovoltáicos para suplir corriente y un calentador de agua solar para que el pueda seguir viendo su TV y que el agua de su ducha siga saliendo calientita.
Pasar un huracán es peligroso, agotador y si encima de eso tienes que cuidar de un paciente con alguna condición crónica, incapacidad o demencia durante el paso de uno de ellos, es desesperante.
Estas lluvias han hecho estragos, se han perdido puentes, carreteras, familias han perdido sus hogares. Nos quedan todavía muchas horas bajo los efectos del huracán Fiona, quedan muchas horas de lluvia, nadie sabe lo que va a pasar. Los titulares hablan de un evento catastrófico y así ha sido.
PLAN DE CONTINGENCIA DE HURACANES COMO CUIDADOR DE UNA PERSONA CON ALZHEIMER
El paciente con Alzheimer enfrenta esta situaciones con entendimiento limitado, igual que lo haría un niñito. Todos tenemos un plan de contingencia para los huracanes, yo he añadido las siguientes recomendaciones al mío ahora que cuido a papi (que tiene Alzheimer):
- Asegúrate de tenerle suficiente ropa, toallas y ropa de cama limpias y una almohada extra. (No sabes si tengas que pasar varios días sin poder lavar ropa)
- Asegúrate de tenerle todas las repeticiones de sus medicamentos.
- Asegúrate de tenerle suficiente ropa interior desechable, al menos dos protectores de mattress inpermeables y al menos un paquete de “disposable bed pads”.
- Consiguele dos pares de zapatos cerrados, que le mantengan los pies secos y que no resbalen.
- Ten varias botellas de alcohol. Yo lo uso para desinfectar las superficies, su cama, almohada y eliminar malos olores.
- Ten varios paquetes de toallitas humedecidas, loción, compra un shampoo en seco para mantener aseado al paciente.
- Ten suficientes meriendas, frutas, frutas secas, frutas enlatadas o en envase de plástico, purés de frutas, galletas dulces, galletas saladas, tostadas Melba, palitos de queso, pretzels, nueces (si todavía las puede masticar), bebidas de electrolitos, bebidas nutricionales (Boost, Ensure, Glucerna), barras nutritivas, cereales, etc. Usa tu juicio, tú sabes lo que tu ser querido puede comer o no de acuerdo a su dentadura, otras condiciones de salud y etapa de la enfermedad.
- Consigue unos espejuelos de repuesto y recuerda tener baterías para los aparatos auditivos, para la máquina de medir el azúcar, para la máquina de medir la presión, para un radio portátil.
- Ten juegos de mesa, dominos, revistas, barajas, materiales para dibujar, pintar, hacer manualidades, etc.
- Pon en un lugar seguro y accesible la tarjeta del plan médico, Medicare.
- Compra un kit de primeros auxilios
- Tenle una chapa o brazalete de identificación e información médica (venden unos muy lindos y modernos en Internet)
- Saca dinero en efectivo (suficiente para 3-4 semanas)
- Consíguele un abanico solar o de baterías
- Consigue luces solares o de batería para ponerle en su habitación, pasillos, etc.
- Inspecciona su habitación antes, durante y luego del evento en búsqueda de charcos de agua. Mi experiencia con el huracán María y con Fiona ha sido que el agua puede salir, literalmente del piso y paredes.
- Si hay un programa de TV que le encanta, trata de hacer una colección de episodios que pueda ver desde tu celular o tableta\
- Trata de que NO se entere de que hay una emergencia, manténte y manténlo calmado. A veces ellos repiten lo que escuchan en TV aunque no entienden realmente la severidad de la situación.
- Prepara de antemano un bulto con cosas esenciales para tu ser querido en caso de que tengan que desalojar el hogar (ropa, medicamentos, tarjetas y documentos, productos de aseo personal, snacks y agua, etc)
PARA TI, EL CUIDADOR
- Tus snacks favoritos
- Revistas, dale “bookmark” a mi blog y “like” a mis redes sociales 😉 Siempre publico mensajes para motivarte y ayudarte a manejar el estrés.
- Un playlist de tu música favorita
- Un playlist de tus videos favoritos en Youtube
- Shower gels (ambiente de “spa” aunque te bañes a cubito)
- Analgésicos (se que tanto estrés puede darte dolor de cabeza y muscular)
- Aceites esenciales de grado terapéutico (los amo)
- Cargadores solares
- Crema o loción humectante
- Bolsitas de té (lavanda, camomila, tila, etc)
- Libros de colorear para adultos
- “Stress balls o pop fidget toys”
Gracias le doy a Dios de que nos ha cuidado y no hemos perdido nada ni sufrido daños personales, pero sufro por tantas familias que no pueden decir lo mismo, en especial aquellas en las que un cuidador se siente abrumado y sin salida.
Mis oraciones hoy van por ellos.