Ayuda para el manejo del estres en cuidadores de pacientes con Alzheimer y otras demencias
 

6 síntomas del Síndrome del Cuidador Quemado

¿Qué es un Cuidador Quemado? 🔥

Los cuidadores somos vulnerables al estrés, la ansiedad, depresión, preocupación y frustración debido a las inconveniencias y molestias que vienen con el acto de cuidar de un ser querido.

Al principio, no nos damos cuenta de los signos de advertencia, pero poco a poco los síntomas del cuidador quemado, van afectando tu salud, tu estabilidad emocional y tu habilidad para cuidar del paciente adecuadamente.

Síntomas comunes del síndrome del cuidador quemado

1. Falta de paciencia (Mecha corta) 🧨

Si experimentas cambios en tu temperamento, pierdes la paciencia fácilmente, sientes enojo hacia familiares y amigos, tienes resentimiento hacia el paciente, poca capacidad para manejar los obstáculos o retos quese presenten, son signos evidentes de que estás sufriendo de estrés.

2. Reacciones explosivas (Arrebatos) 💣

Si de repente explotas en llanto o gritos, esto podría ser otro síntoma de que estás “quemado”. A veces, estos episodios son la única válvula de escape que tenemos cuando nos sentimos abrumados. Cuando cuidamos de un paciente con una condición tan cruel y terminal como lo es el Alzheimer, es normal sentir dolor y hasta ira, pero si te sientes emocionalmente frágil y vulnerable, si estos episodio son demasiado frecuentes, puede ser que haya algo más ocurriendo. La depresión es algo real entre cuidadores y debes buscar ayuda.

3. Problemas del sueño 😴

Yo NUNCA había tenido problemas de sueño HASTA que me convertí en cuidadora. Si tienes problemas para quedarte dormido, permanecer dormido o si te despiertas cansado, este es otro signo de advertencia del Síndrome del Cuidador Quemado.

El cuidador no solamente pasa noches pensando en la condición del ser querido, sus citas médicas, su deterioro, etc. sino que los mismos síntomas de la condición de Alzheimer le impiden conciliar el sueño.

El síndrome del ocaso del paciente, hace que deambule, alucine y se vuelva inquieto, agitado y agresivo por las noches, esto a su vez aumenta los riesgos de caídas y seguridad.

Muchos pacientes pasan la noche llamando a su cuidador, gritando de dolor, o hacen otros ruidos como quejidos, gemidos, bostezos, golpes repetitivos con objetos (en el caso de mi papá es tirando las puertas del baño y su cuarto repetidamente), etc.

Ser cuidador requiere un tremendo esfuerzo físico, pero la carga mental y emocional afectan grandemente la calidad del sueño y no puedes obtener un sueño reparador.

Y entonces, comienza el ciclo vicioso, pues no duermes de noche, pero durante el día tienes que seguir trabajando, limpiando y cuidando lo cual te pone irritable, te causa ansiedad y frustración que a su vez acrecienta los problemas para dormir o mantenerte dormido.

4. Cambios significativos en tu peso 🏋️‍♀️

El aumento o pérdida de peso puede ser otro síntoma. Por lo menos en mi caso, yo aumenté 12 libras en el primer año que estuve de cuidadora de mi padre.

El estrés me hacía querer comer “snacks” como popcorn, semillas de girasol, pistachios, nueces, cereal, papitas, etc, cosas que pudiera echarme a la boca una a una de manera repetitiva, de este modo liberaba mi ansiedad.

Otra razón por la cual los cuidadores aumentan de peso puede ser porque al tener el tiempo tan comprometido terminas comprado comida rápida o a tu ser querido solo le apetecen cosas dulces como donas o bizcocho con café y como estás demasiado exhausto como para cocinar otra cosa y comes de lo mismo.

Por otro lado, hay personas que pierden peso, se les quita completamente el apetito cuando se encuentran bajo estrés, otros se les revuelca el estómago y les da náuseas o vómitos, por lo que prefieren no comer. Otros olvidan comer por no tener el tiempo.

Cambios en los hábitos de alimentación también puede ser indicativos de depresión. Si tú, al igual que me pasó a mi, has visto un cambio en tu peso de más de 5 a 10 lbs desde que empezaste a ser cuidador/a, tu cuerpo te está enviando una señal de que necesita ayuda.

5. Dolencias físicas 🤕

Si encuentras que te dan dolores de cabeza o catarros demasiado frecuentes, si te duele la espalda, cuello, hombros, si desarrollaste hipertensión, problemas digestivos, etc. Todo esto puede estar relacionado al estrés.

El estrés mental y emocional puede expresarse en condiciones y enfermedades físicas.

La tensión que causan el comportamiento, conductas y alucinaciones del paciente, la falta de un sueño reparador, descanso, distracción, recreación, combinado con cambios en la dieta y actividad física, pueden provocar problemas con tu sistema nervioso, cardiovascular, digestivo, entre otros.

6. Aislamiento social

Lamentablemente muchos de nosotros perdemos contacto con amistades una vez nos convertimos en cuidadores. Vivimos nuestros dias sin ver, ni interactuar con otra persona que no sea el paciente de Alzheimer (y ocasionalmente su médico).

Es posible que tú mismo vayas poniendo distancia y evitando reuniones y actividades porque “no te entienden” o porque no quieres que te den sus “sugerencias y opiniones”. Sientes que ya no tienen mucho de qué hablar porque todo lo que haces es cuidar a tu ser querido y tus temas son: cuantas veces se despertó en la noche, donde escondió el control remoto, la mezcla de alimentos que hizo, el desastre que dejó en el baño, los gritos y forcejeos por no dejarse bañar.

O simplemente no puedes salir, pues no tienes con quien dejar el paciente y no puedes (o quieres, al fin y al cabo lo que necesitas es un respiro) llevar al paciente contigo. En mi caso, yo no lo puedo llevar a ningún sitio porque el “siempre” quiere meterse al baño y sentarse por horas… “a ver si hace algo” 😣

Extrañamos tener una conversación con alguien, tomarnos un café sin prisa y ser libres de reírnos.

Sea intencional o no, te has aislado socialmente lo cual contribuye a tu estrés, preocupación, frustración. Estar con otros al igual que dedicarte un tiempo solo para tí, puede ser refrescante y sanador.

¿Cómo puedo salir del estado “quemado”?

Comenzaré diciéndote que es más fácil decirlo que hacerlo, pero para combatirlo debes:

  • pedir ayuda– es común escuchar cuidadores que dicen: ‘es que nadie entiende al enfermo como yo’ ,’es que el enfermo me quiere solo a mi’, ‘es que yo no confío que otras personas lo traten como yo’, etc. y eso se entiende… pero entonces, pide y acepta ayuda en otros renglones como: que otra persona lave la ropa, que alguien te ayude con la cocina, que otros miembros de la familia ayuden con la limpieza del hogar, que alguien vaya al supermercado o la farmacia por tí, etc.
  • descansa– si el paciente con Alzheimer está tomando una siesta o viendo su programa de TV y sabes que estará tranquilo por una hora, siéntate en tu sofá, respira, relájate y haz algo para tí como leer, ver algún video motivacional, hacer un devocional, ver algo gracioso o escuchar un podcast. Intenta sacar 30 minutos al día para apreciar el arte de no hacer nada.
  • duerme bien– este es el problema mayor pues seguramente el paciente no duerme en las noches, es por esto que es sumamente importante que insistas con el neurólogo o psiquiatra de tu ser querido para que encuentre una combinación de medicamentos que lo haga dormir en las noches, para que tú puedas dormir también. Lee aquí el blog post donde yo hablo de la importancia de llevar un registro detallado de conductas y síntomas. Voy a escribir próximamente acerca de que puedes utilizar o hacer al momento de dormir para que tu mente descanse, se desconecte y puedas realmente entrar en el estado de relajación necesario para dormir… ¡pendiente!
  • no descuides tu vida social– yo de por si soy introvertida, pero he aprendido a aprovechar las comunicaciones y el Internet para mantenerme conectada con amistades y familiares. A veces es difícil mantener una conversación por teléfono, pero se pueden enviar mensajes de texto. Yo tengo un grupo de 3 amigas que todas las mañanas intercambiamos un mensajito bíblico, todas las mañanas comenzamos con algo positivo. Es importante que tengas conversaciones reales con otras personas (así sea alguien que te encontraste en el supermercado o farmacia), 10 minutos de conversación que no tenga que ver con nada relacionado al Alzheimer es un receso a tu mente y puede recargar tus energías. Si puedes hacer una cita con alguna amistad para tomarse un café juntos sería fenomenal.
  • no descuides a tu pareja– mi esposo es comprensivo y amoroso, aún así, te mentiría si te digo que ser cuidadora no ha lastimado nuestra relación, perdimos la tranquilidad, la privacidad, así que hemos tenido que adaptarnos. Estamos aprovechando cada minuto que podemos estar solos para conversar… ahora buscamos la ocasión de ir al supermercado juntos 😂. Ese tiempo de viaje en el carro, nos permite hablar de nosotros y hacer planes. Hemos adoptado también la costumbre de ver una película juntos después de comer ya que a esa hora mi papá está muy interesado en su programa de juegos en TV.
  • vigila tu dieta a actividad física– desde que cuido a papi ¡he aumentado 12 libras! es por eso que ya comencé a evitar comer “chatarra” en las noches luego de la cena (que era mi mayor error). He aumentado la cantidad de agua que ingiero, estoy bajando los niveles de carbohidratos como arroz, harina, azúcar. Estos ajustes aparte de ayudarme a tomar control de mi peso, también me ayudarán a bajar el nivel de inflamación (y por consecuencia dolores) en mi cuerpo. En cuando a la actividad física, puede ser caminar, jugar con tus perros, trabajar en tu jardín, yoga, pilates, nadar o bailar con tu pareja, ¡hey y ahí matas 2 pájaros de un tiro!

Bueno, este artículo ha sido bastante extenso, pero aunque no lo creas, todavía hay tela para cortar. Comienza por aquí para que tomes control de ese síndrome y puedas salir del estado de quemado. Ser cuidador es agotador y demandante, pero también puede ser una de las experiencias más satisfactorias de tu vida. ¡Abrázala!


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